No es novedad que existen diversas zonas en México con una alta concentración de sarro en el agua. De hecho, en gran parte del país las personas optan por no beber directo de la llave, ya que saben que ésta es “agua dura” por el alto grado de calcio y otros minerales que contiene, sin embargo no se sabe el impacto del sarro en la salud ni muchos menos en la salud infantil.
Para ello, lo más recomendable es hacer uso de un ablandador de agua capaz de purificar el líquido que consumimos día a día. Sin embargo, no muchas personas recurren a estas tecnologías y optan por seguir consumiendo el agua con sarro.
Esto puede afectar, en especial, a los más pequeños. Es debido a ello que, en esta ocasión, te contaremos cuál es el impacto del sarro en el agua en la salud infantil.
La importancia del agua para el crecimiento
La dependencia por el agua es una constante para todo ser vivo, después de todo, beberla traerá un sinfín de ventajas para nuestra salud y funcionamiento del cuerpo. El uso de un antisarro garantiza que se tendrá agua totalmente limpia para consumirse desde el hogar.
Si bien, es fundamental beber agua durante toda nuestra vida, es durante la infancia cuando su consumo resultará determinante. El cuerpo humano se encuentra en constante desarrollo hasta los 18 años. Pasado ese tiempo, los cambios en las personas serán menores y se iniciará un proceso de envejecimiento paulatino.
Así pues, los niños tienen un sistema inmune que se encuentra en un continuo avance y adaptación. Los hábitos que se generen en torno a la salud de los pequeños serán muy importantes, estos evitarán enfermedades, promoverán un adecuado crecimiento y generarán una costumbre sana que perdurará para el resto de sus vidas.
El impacto del sarro en la salud infantil
Es necesario garantizar el acceso al agua potable para toda la población. Sin embargo, las redes de distribución muchas veces son bastante viejas, o los pozos acuíferos están ya contaminados por un exceso de minerales; esto hace que el agua obtenida para consumo no se encuentre en condiciones adecuadas.
Y aunque beber o utilizar agua dura no tiene consecuencias letales, ésta sí es capaz de provocar cierto impacto en aquellos que la consuman. Tanto niños como adultos pueden verse afectados por problemas cuya gravedad dependerá de factores individuales.
Sin embargo, hay que considerar que estos impactos pueden repercutir en niños pequeños cuyo sistema inmunológico está en constante desarrollo. Veamos algunas de las consecuencias del sarro en el agua.
Problemas bucales
No es necesario beber el agua con sarro para tener problemas con su consumo. Usar agua dura para enjuagar y lavarse los dientes puede acarrear ciertos problemas como la acumulación de sarro y minerales en la dentadura y encías.
Esto puede afectar a los niños desde un nivel estético, dejando manchas alrededor de sus dientes que sólo podrán ser retiradas con la intervención profesional de un dentista, pero también desde un grado de salud.
El sarro y los minerales en los dientes aumentan el riesgo de acumulación de bacterias, desarrollo de caries y problemas periodontales, es decir, enfermedades y afectaciones en las encías. Desde un dolor constante, hasta problemas en los huesos bucales pueden ser causados por el exceso de sarro en el agua.
Problemas en la piel
Pero el agua dura ni siquiera tiene que pasar por la boca para causar inconvenientes en quienes la consumen. El agua usada para bañarse y para la higiene personal también puede tener un impacto en los niños.
Los inconvenientes del uso del agua con un alto grado de sarro están en experimentar sequedad y aspereza en la piel, así como un maltrato en el cabello y el cuero cabelludo.
Asimismo, la piel delicada de los más pequeños, sobre todo de los bebés, puede reaccionar de una manera fuerte ante la exposición de residuos minerales presentes en el agua. El sarro causará en los infantes irritación o sarpullido en la piel, lo que demandará a sus padres un gasto mayor en ungüentos especiales.
Acumulación de bacterias
Hay que recordar que el mayor problema del sarro en el agua es la acumulación de minerales que queda en las tuberías tras el flujo del líquido, y de forma indirecta esto puede provocar la acumulación de bacterias.
La mayoría de los sistemas de tratamiento de agua y redes de distribución están diseñados para prevenir la proliferación de bacterias y mantener el agua lo más potable posible. Y aunque hay un control de calidad para garantizar que el agua sea segura para su consumo humano, existe un porcentaje de probabilidad de existencia de bacterias en las tuberías.
Debido a que su sistema inmunológico no está totalmente desarrollado, esta situación puede provocar enfermedades en los niños. Nada grave para la salud, sólo ligeras infecciones molestas con las que se deberá lidiar.
En definitiva, para asegurar que el agua a consumir sea totalmente pura se debe recurrir al uso de ablandadores y sistemas de filtración; ello garantizará que no habrá ningún residuo de minerales ni bacterias en el líquido.
Como pudiste ver, hay ciertos riesgos que el sarro en el agua puede ocasionar en los niños. Es importante recordar que el agua dura no es perjudicial para la salud si ésta se consume en cantidades normales. Sin embargo, hay inconvenientes que son cuanto menos molestos para el día a día de los pequeños.
La exposición prolongada al agua dura con alto contenido de sarro no es recomendable ni para niños ni adultos, por lo que la mejor opción es hacer uso de antisarros que aseguren la filtración y limpieza total. Así, beber, cocinar o limpiar con el agua que ha pasado por un ablandador será algo totalmente seguro. Si te gustó este artículo, te invitamos a visitar nuestro blog, donde encontrarás información bastante interesante sobre ablandadores de agua y cómo lidiar con el sarro.